lunes, 17 de noviembre de 2014

Sueño del 5 de diciembre de 1993

Estoy en un cuarto, hay un pizarrón grande, y le empiezo a dictar improvisadamente a una muchacha (que estudia comunicación y que frecuentemente sale en anuncios comerciales del canal 7 local) de cabello negro lacio y largo. La regaño porque no inicia con Mayúscula y porque comete errores de ortografía.
Siento como si ya no fuera un cuarto donde estuviéramos como 15 personas, sino un teatro lleno de gente. Continúo en lo mismo, dictando. Y suben al estrado dos señores jóvenes, me parece que alguien es candidato de algo, uno de ellos me toma de los hombros y se mide en estatura conmigo, comentándole algo al otro. Ambos son altos. Luego yo les hago ver nuestros números de calzado. Se ríen y bajan.
Posteriormente, ando con Juan por los pasillos. Donde estamos es algo así como un foro para cantantes y nosotros somos un grupo común y corriente que se divierte bailando al ritmo de las canciones de grupos musicales. Juan entona una canción de Soda. Él está con su mamá, y yo paso por un cuarto con ventanas en lo alto, pero escucho a uno de los integrantes de Soda Stereo (sé que es él porque lo vi por la puerta, además por el acento argentino), que dice a los demás que un muchacho que escribe canciones o no sé qué, Juan les dijeron los otros, él, dijo el de Soda, el de cabello negro y largo, si, Juan, me parece un exhibicionista. Ya no me  quedo porque algunos salen del cuarto, otros entran. Al rato le cuento eso a Juan  y le asombra, entonces dice qué lastima, porque la única canción que le gusta del grupo, la canta él.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Sueños entre septiembre y diciembre de 1993


Estoy con unos señores, parece que van a ir a un edificio muy alto, me hacen subir a una camioneta en donde me siento protegida; hay niños.













había
sido una
pena llevarlos
ahí a un paraje
desierto,

(Esto último es un sueño, soñé palabras y al despertar las anoté. Esto en paréntesis lo escribo meses después, en agosto de 1994).










Camino por una calle que es de Álamo (luego es de otra ciudad). El Lic. Victorino *va aprisa, luego se detiene a platicar con alguien, mientras yo me siento.



*Con quien trabajo en Altamira.












Acompaño a un delincuente a una casa (no me acuerdo por qué tanto odio) prende fuego a ésta, y salimos disparados de ahí, es como una vecindad, bajamos las escaleras rápidamente y todos los que nos veían se  extrañaban, llegamos a varias cuadras más allá, cuando explotó el vecindario y en una esquina, un señor vio que tenía unos papeles de renta del señor a quien mi acompañante lo había dejado inconsciente, y sospechó de nosotros por correr , luego al escuchar las detonaciones, se fue tras  nosotros.














Soñé que unas señoras tenían forradas o encuadernadas revistas Dunia.


















 Llegó sorpresivamente el sr. Félix, no lo conocía , es alto, de tez blanca y mechas canosas.

Sueño del domingo 26 de septiembre de 1993


Estoy en México, en casa de mi tía Rocío. Recostada en la cama la miro; llega luego su esposo, hay comentarios. (Me parece que estamos en el cuarto de mi bisabuela Carmen, allá en Álamo).


En casa de Álamo, en el cuarto de Carlos, veo a través de las ventanas tropicales algo en el cielo, me parece que es un ovni. Estoy fascinada.


Me veo en un autobús leyendo un libro, es el de Memorias de Simone de Beauvoir, en él relata sobre ovnis (esto no es cierto).

Sueño del sábado 25 de septiembre por la tarde

Estoy en un despacho en donde hay demasiadas puertas y los techos son altos. La luz no es pródiga. Parece más bien un hospital. En un cubículo está el Lic. Victorino, atiende a sus clientes.
Al finalizar la jornada (3 p.m.) vamos en el coche, un cliente, el Lic. Marcial y yo. En la acera de lo que probablemente es el centro de Altamira (pero no lo es, se asemeja), veo a unas conocidas: Alejandra y Ana (compañeras de primaria). Por cierto antes de descender, quien conduce se mete a un estacionamiento para virar por el otro sentido, y es tan brusco. 
Mis compañeras y yo estamos frente a lo que es un patio, hay árboles, llaman la atención los que están en una esquina, son altos, pero arriba hay una especie de bañera y está llena, hablamos sobre los árboles y la bañera. Veo en una bañera a Carmen, y sigo platicando con ellas, pienso que están muy bonitas, siento la mirada de los señores del coche, un dejo de envidia. Me despido y no voy hacia el coche, camino. No es Altamira, estoy entre las avenidas de México y de Álamo. Voy a cruzar la ancha avenida, pero me arrepiento, los coches se abalanzan, sin voltear doy un paso atrás para subir la banqueta, y echo los brazos hacia atrás para prevenir a los transeúntes de que paren, siento que toco a alguien. Y cuando hay paso, camino de prisa, pero no logro llegar al otro lado, alguien por detrás me ayuda a terminar de pasar, me empuja, y volteo; es Francisco (otro compañero de primaria), le doy las gracias y volteo, estoy enfrente de mi casa, en Álamo.

Sueños entre el 22 y el 25 de septiembre de 1993

En un autobús voy leyendo. Después me encuentro en un gran salón de eventos, donde no sé qué habrá, están rifando algo a los que están arriba, les piden credencial para competir o entrar a la rifa, y algunos no la tienen, "ni modo, es mejor así", dice el conductor del evento, yo le digo a alguien que sí tengo credencial, pero la rifa no llegó hasta nosotros, esperé a que saliera el premiado. Después el conductor del programa desvió el concurso hacia la otra columna de invitados y yo me enojé. Al voltear vi  a Ana y a su mamá. Unas gradas más arriba, estaba el conductor con el micrófono preguntándole algo a alguien a quien yo conozco ( no recuerdo), junto está una niña nerviosa, no quiere que le pregunten, pero le ponen el micrófono y ella contesta a la pregunta de que si está contenta en el programa; la mamá también está algo tensa, pero a ella no la entrevistan. Después todos duermen. Duermo abajo y me llevo la novela de Jorge Ibarguengoitia, "Estas ruinas que ves".






Veo como escenas de una película y mientras tanto en off discuten acerca del aspecto técnico y sagrado de una cinta, refiriéndose a una película mexicana acerca de la virgen María; mientras veo un árbol y debajo de éste llegan ráfagas de agua, la corriente arrastra las ramas y tierra. Después señalan que en otros países la tecnología está más avanzada y la imagen ahora es la playa; las voces dicen "dos ríos se unieron al mar y lo hicieron furioso", ahora veo que en una farmacia están en alerta por la catástrofe y recogen en bolsas medicamentos y cosas de valor; tomo una bolsa que un muchacho me extiende y corro a la otra habitación a recoger cosas.

Sueño del 22 de septiembre de 1993

Tengo una tarea: llevar a una señora al juzgado a las 9 nueve de la mañana, pero ella ya está aquí antes de la hora y yo quiero desayunar y ella que nos vayamos lo antes posible al juzgado. En el camino le explico que vayamos a comprar algo para el desayuno y luego al centro.

Sueño del 21 de septiembre de 1993

Visito a Luciana en su casa. La casa es de madera y tiene un gran patio. Una señora me recibe, es la mamá de Lucy, me hace pasar y me invita a sentarme en el mueble donde hay otras señoras, al parecer son también visita, pues hablan de cosas cotidianas, una de ellas se refiere a la inundación, al hablar de esto, todas vemos hacia afuera. Efectivamente, el patio y las tierras estaban ocupadas por el fluir del agua; la mamá de Lucy contaba que a algunos animales suyos se los había llevado la corriente. De ahí me despedí de la señora y me retiré con Carlos y
Lucy. Carlos entra a una tienda a preguntar donde quedaba un Juzgado, parece que el Cuarto, y el Lic. Cavazos (secretario penal de Altamira) le dice que al borde de la carretera. En el camino vamos Carlos, Luciana, Sebastián y yo. Luciana lleva papel y lápiz. Hay un poste y un perro frente a mí, el perro me sigue y ellos se ríen. Me acerco mejor a Luciana, veo que está escribiendo algo, arriba dice "fracasada" y abajo dice que se refiere a lo nuevo erótico, y le pregunto si está haciendo una crítica, me responde que sí.

Sueño del 14 de septiembre de 1993



Malena va a tener el niño, la veo aún embarazada.

Sueños entre el 8 y 12 de septiembre de 1993

En dos sueños completamente sueltos y en diferentes días (entre el 8 y 12 de septiembre) soñé incestos. Durante el sueño tuve conciencia y también fui presa de angustia y pudor. El sueño fue en México (en la casa por los 100 mts). En la sala, en penumbras, estaban otras personas.

Sueño del 9 de septiembre de 1993

Soñé que estaba en una lonchería, se encontraban varias personas, entre ellas una joven, que por sus palabras era novia del que despachaba, se despidió de él y se fue. Me tocó el turno de pedir la comida y sorprendentemente, el joven que despachaba me besó y me fui de ahí sacada de onda. El lugar en que me encontraba se convirtió en el Colegio Progreso*, vi a varias compañeras, quienes me dijeron que me habían visto besar a un muchacho y yo las saqué de su error, él me había besado. Llegó J. y vi al maestro de Filosofía, Martínez Leal.






Soñé a colores. Una muchacha me decía que vestían sin pensar en la combinación de colores. En el sueño me sentía frustrada. Fue corto.







*Mi escuela primaria, en Álamo.

Sueño del 8 de septiembre de 1993



Nos encontrábamos Malena, otro y yo en una habitación, deseábamos ver una película, pero no podíamos ir a verla, la película era de terror. Lo cierto es que no podíamos salir porque en la ciudad cundía el pánico: había una inundación.

Sueño del domingo 19 de diciembre de 1993.

Estoy entre muchachos, no sé qué hago. Para esto, hay soldados. Y uno de los muchachos no sé qué le dice a un soldado, que se enfurece. Corremos. Me da pánico. A algunos los golpean. Escucho la respiración agitada de un muchacho que me rebasa velozmente. Me quedo petrificada cuando un soldado me empareja, pienso que hasta aquí he llegado, pero no, él persigue a aquel muchacho, que sé es el hermano de Carlos Torres (no Jesús, sino alguien de un gran parecido a Carlos). El soldado saca una pistola. El hermano de Carlos está a una buena distancia de él, no obstante corre como loco y zigzaguea porque se ve enmarcado en un tiro al blanco. El soldado dispara tres veces. Y yo ya no sé si lo derriba, porque éste desaparece entre el paraje. Busco un refugio. Cuando estoy en mi casa le cuento todo a Jesús, pero le digo que lo he soñado (no sé cuál es la verdad, si lo viví o lo soñé) y al día siguiente salen a relucir las noticias sobre la muerte del hermano de Carlos Torres. Me entristezco. Carlos se entera de una forma inesperada. Es invitado en un programa de la televisión, donde el conductor, sin saber qué leerá, anuncia la noticia sobre la muerte del hermano de Carlos Torres, y se quedan mirando los dos sin saber qué decirse, uno apenado, y el otro sin saber cómo reaccionar.
Llega Carlos a casa,  y Jesús le cuenta los pormenores, que yo había soñado ya sobre la muerte de su hermano, y le vuelvo a contar el sueño. Vamos al cementerio, cerca de ahí hay dos cafeterías frente a frente. No sé si en ese mismo día o en el siguiente, Carlos Salinas (el presidente) hace un recorrido hacia el cementerio por duelo del hermano de Carlos, asesinado por un soldado. Vuelvo a contar como estuvo todo, pero ahora no como sueño, sino como realidad. Pero el presidente no me presta atención y me dice que no le interesa ni un ápice, por ahí esta Jacobo Zabludowsky, a éste tampoco le importa el muerto. Alguien decide que crucemos un sembradío, Jacobo se alarma, trajeado, parece no querer llenarse de espinas.Yo no sé por qué lo hacemos si es peligroso, los dueños  nos  amagan con machetes, pero como somos muchos no pueden hacer nada. Luego me doy cuenta de la intención de cruzar ese sembradío. Cortamos de ese modo el largo camino al cementerio. Ellos se quedan en el cementerio, otros nos vamos a las cafeterías, donde sigo contando el sueño. Me entero por Jesús, mientras vemos la tele en la cafetería, que dijeron que había sido derribado por una bala el hermano de Carlos, Jesús afirma que fueron dos. Y me pregunta cuántos disparos hizo el soldado, y le respondo que tres.