viernes, 27 de marzo de 2015

Sueño del lunes 27 de mayo de 1996.

Estamos en un cuarto Juan y yo. Como de viaje. Luego voy a parar a una casa donde está un señor que en sí no es nada mío, pero es el anfitrión, la casa es de madera, hay en la cocina multitud de ollas y de cazos para el café, y cada vez que quiero tomar algo de café o de comida escucho una voz que sale de éstos para anunciarme que falta poco.
Mi mamá me llevó un día con Carlos a dejar un colchón de alquiler a unas señoras que irían a rezar, allá en la casa de Nora o de Claudia, le pregunté a mi mamá qué era eso de dejar el colchón, si podría llover, eso no era negocio, mi mamá me dijo que sí lo era.
Llegamos y ahí estaban las señoras sentadas alrededor de una mesa rezando y tomando café, casi eran todas mayores, una de ellas se paró porque no soportaba estar sentada. Luego nos dijo la que llevaba el liderazgo en el rezo de que afuera la gente quería que esas reuniones ya no se hicieran, las otras señoras no decían nada.
Otra vez estuve en esa casa, y luego la imagen de César Costa llevando música a latinoamérica y en cada uno de los países hacía un video, cantando la misma  canción pero con animales distintivos del país, ese video que vi fue parece que en Ecuador, había 3 aves pequeñas revoloteando mientras  él cantaba.
Luego en otra escena, en una sala, está el guapísimo de Brad Pitt con Bita, yo le digo a Bita que no me he olvidado de ellos y los aparatos que estaban ahí no servían, yo intentaba poner una especie de disco (moderno) y no. Luego intento acercarme a Brad, agarrar sus cabellos (quizá cortarlos) pero él no me dejó, me hundió 2 dedos en mi estómago que me dejaron frita, ya cuando recuperé el aliento ofendidísima le dije que no tenía por qué haber hecho eso, si yo no le había hecho nada, él se encogió de hombros.
Otra vez la escena de la casa. Tenía hambre, el señor me condujo a la cocina, vi que él me mostraba unas ollas o jícaras de café y mientras el señor ( que por cierto casi no hablaba) arreglaba su cocina, yo fui hacia la gran olla de mole, estaba cociéndose, el mole borboteaba, estaba calientísimo, y yo tenía mucha hambre, y le dije al hombre que estaba dentro de la olla que ya tenía ganas de comer, el hombre se fue levantando poco a poco del mole, y a mí me dio miedo porque no había sido como las otras veces, y corrí, pero el señor que trasteaba se quedó ahí y le dije que corriera pero ya el señor del mole lo había atrapado.

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